Desde que ayer empecé el diario, mi vida ha mejorado un
poco. He llegado a pensar que Louise, la psicóloga, tenía razón. Ayer cuando
fui a verla, me encontré con una compañera de clase con la cual no
hablaba mucho, pero hicimos juntas la terapia y la verdad es que me di cuenta
que las dos teníamos muchas cosas en común. La chica se llama Rose y va conmigo
a clase, al principio me pareció una tontería hacer la terapia juntas, sin
embargo en ella descubrimos que tenemos muchas cosas en común. Rose, tampoco se
junta con mucha gente, solo va con un chico un poco misterioso también de
clase, que se llama Liam. Rose la razón por la que va a la terapia es porque su
padre abusó de ella cuando tan solo era una niña de 10 años. Cuando salimos de la consulta, Rose me invitó a tomar algo en una cafetería
que había cerca de la consulta.
-¿Qué quieres tomar?- me
preguntó.
-Mmmm, a ver que piense…-al
cabo de unos segundos contesté- Un smoothie de fresa y plátano. ¿Y tú?
-Creo que me pediré lo
mismo, aunque de piña y coco.- me sonrió-Sabes, antes de entrar a la
consulta pensaba que eras un poco rarita y gracias a esta tarde, me he dado
cuenta por todo lo que has pasado y lo siento por juzgarte sin conocerte. ¿No echas de menos España?
-Sí, la verdad, echo de
menos a algunos familiares y a una amiga.
-Yo no sé qué haría si me
dijeran que me tengo que irme de aquí, de Oxford.
-Al final te acostumbras, no
podía estar allí, no era capaz. Sí echo de menos a mi padre, pero todos
necesitábamos un cambio de aires. ¿Lo de tu padre lo sabe mucha gente?- le
pregunté con curiosidad.
-No, solo lo saben Liam y
Leah.
-¿Leah?- le pregunté
extrañada. No es que tuviera nada en contra de ella, sino que durante la semana
que llevaba de Instituto, ella no se portaba bien con nadie. Forma parte del
equipo de volley y se cree la mejor.
-Sí, aunque te extrañe, ella
no es así de siempre. Leah era mi mejor amiga, sin embargo teníamos diferentes
intereses. Ella solo quiere que alguien se fije en ella y poder ser una famosa
modelo de Victoria Secret y yo solo quiero conseguir dinero para poder sacar a
mi familia adelante.
-Yo te entiendo, pero creo
que a pesar de tener diferentes metas en la vida, podéis ser amigas. Por ejemplo,
en España a mi amiga Clara le gusta
crear programas de Internet y a mí me gustaba escribir y mi sueño era ser una
buena escritora.
-¿Te gustaba? ¿Ya no te
gusta? – me preguntó con curiosidad.
-Sí, pero no lo hago con la
misma frecuencia y a la única persona que se lo enseñaba era a él…- no puede
evitar derrumbarme.
-Lo siento, lo que menos
quería era hacerte daño.- dijo arrepentida.
-No pasa nasa, el problema
es que aún no me he acostumbrado a decir que mi hermano ha muerto y oírlo en voz alta, me duele.
-Cambiando de tema, ¿qué te
traes con el capitán del equipo de fútbol?- me preguntó con una sonrisa
picarona.
-¿Quién se supone que es el
capitán del equipo de fútbol?
- ¿No lo sabes?
- No… ¿Quién es?
- ¡Noah!
- Aaa, pues nada. Solo es
amable, en cambio yo con él no- reímos- La verdad, es que nunca me he fijado en
él.
Gracias a ir a la consulta, descubrí que había encontrado
a una nueva amiga. En casa, mi hermano estaba viendo Sponge Bob y mi madre y mi
abuela estaban haciendo la cena. Estaban preparando el típico fish and chips y
si queréis saber mi opinión, no es uno de mis platos favoritos. Me senté en el
sofá junto a mi hermano, me preguntó cómo me había ido el día y ahí me di cuenta
que había sido el mejor día que había tenido desde que llegué aquí. La cena fue
bastante animada. Después, vimos dos capítulos de mi serie favorita, Gossip
Girl. Estoy enamorada de Chace Crawford, es taaaan sexy. Mientras veíamos la
serie, mi hermano estaba jugando a la PSP. Jake es un viciado, siempre que se
aburre coge la PSP o la Play, y ya está todo arreglado. Era algo que tenía en
común con Ángel y es una cosa donde más lo echa de menos. Las tardes de los
domingos jugaban al Pro. Así se pasaban horas, mientras yo las pasaba
enganchada a Twitter. Vale, yo también estoy viciada a Twitter, pero gracias a
eso puedo estar en contacto con mis escritores y cantantes favoritos. De
pronto, me llegó un WhastApp a la Blackberry. Era de Jorge, mi ex, me extrañó
que me enviara ese sms, ya que hacía dos meses que no hablaba con él.
“Hola Leire, ¿qué
tal? Espero que mejor que cuando te fuiste. Fui un idiota por dejarte ir sin
despedirme de ti. Lo siento, siento mucho lo que pasó en Mayo, en serio, te
echo de menos. Puede que no quieras saber nada de mí, sé que no estuve cuando
más me necesitabas, pero se me partía el corazón al verte llorar por lo de tu
hermano. Leire, a ver si coincidimos alguna vez en el chat del Tuenti. Te
quiero, J.”
No le iba a contestar, pero Jake lo leyó y dijo que debía
contestarle, A pesar de que tiene 8 años, es muy maduro, y a veces parece que
esté hablando con Ángel.
“Hola Jorge, pues bien, estoy mejor. Gracias por mandar este sms. Aquí
me has demostrado que aún te acuerdas de mí y que no eres como los demás. No te
tengo nada que perdonar, en parte, te comprendo. ¿Sabes que estoy viviendo en
Oxford? No estaba muy contenta de vivir en éste pueblo, pero ahora me he dado cuenta de
que no estoy tan mal viviendo aquí. Echo de menos Valencia, aunque sé que si
vuelvo no será la mismo que antes. Así que, prefiero vivir en Inglaterra y no
enfrentarme con la realidad en España. Gracias, por el sms. Ha significado mucho para mí.
Recuerdos de parte de Jake. Ya hablamos.(LL)”
A los poco minutos volvió a
sonar.
“
Leire que contento estoy, no creía que fueras a respoder. Dale de mi parte
también muchos recuerdos y que le debo la revancha. Bueno, ya hablamos que aquí
es una hora más y mañana hay clase. Te quiero, J”
Las razones por las que lo
dejamos, fue porque cuando Ángel nos dejó, me encerré en mí misma y no dejaba que
nadie entrara en mi bola de cristal. Después de tanto tiempo me di cuenta de que
le echaba de menos. Todos los sábados quedábamos y hacíamos cosas diferentes.
Estaba muy enamorada de él, ahora aunque a veces le necesito, fue una buena
decisión romper con él. Si no, ahora le estaría echando tanto de menos, que
sería otro problema.